Estructuras de
propagación vegetativa en plantas vasculares
En virtud de la
totipotencialidad del tejido vegetal, es decir, de su capacidad para formar
yemas y raíces adventicias, casi cualquiera de los órganos de una planta
vascular tiene relación con su propagación vegetativa al sufrir modificaciones
anatómicas y funcionales que le permiten desarrollarse en un organismo vegetal
completo e independiente, con las mismas características genéticas de la planta
progenitora. Las yemas, por lo general, se encuentran en las axilas de las
hojas, en la porción terminal del tallo, o bien se desarrollan en cualquier
porción del tallo y dan origen a raíces adventicias.
Entre las estructuras de
propagación vegetativa algunas comparten semejanzas en su desarrollo, por lo
que no siempre es posible hacer una diferenciación muy clara entre ellas, sino
que más bien se ubican en un continuo de características. Sin embargo, algunos
autores las clasifican tomando en cuenta los órganos vegetales de los cuales se
originan. Con base en lo anterior haremos una descripción.
Propagación vegetativa
por tallos y yemas
Los tallos horizontales
aéreos y subterráneos de varias especies silvestres y cultivadas se alargan y
forman raíces adventicias en sus nudos. Mientras los tejidos se mantienen
intactos se trata del crecimiento de una sola planta, como sucede en muchas
especies de gramíneas. A este individuo completo de extenso crecimiento se le
conoce como clon. Pero cuando el tejido de interconexión muere o es cortado, cada
uno de los segmentos da lugar a un nuevo individuo al que se le conoce como
ramet. A) Separación de los ramets individuales por muerte del tejido de
interconexión; B) estolones; C) rizoma; D) el tubérculo (papa) se corta en
piezas y cada una contiene una yema para que a partir de los tubérculos se
propaguen más plantas.
Propagación vegetativa
por tallos
1. Estolones.
Constan de secciones relativamente largas
y delgadas de tallos aéreos horizontales con entrenudos largos y cortos
alternados que generan raíces adventicias. La separación de estos segmentos
enraizados permite el desarrollo de plantas hijas. La fresa es un ejemplo de
las especies que comúnmente presentan este tipo de propagación.
2. Rizomas.
Se generan a partir del
crecimiento horizontal de un tallo subterráneo, por lo general más robusto que
el que da origen a un estolón. Las viejas porciones se degradan y se separan en
fragmentos que deberán enraizar de manera independiente. Este tallo subterráneo
presenta hojas escamosas en las axilas, donde se pueden generar yemas axilares,
además de presentar raíces adventicias. Una vez formado el vástago principal se
da un crecimiento continuo. Cada estación de crecimiento presenta un
crecimiento simpodial por medio de la yema axilar o monopodial por medio de la
yema terminal. El rizoma funciona como órgano de almacenamiento de reservas. De
esta manera se propagan especies de importancia económica, tales como el bambú,
la caña de azúcar, el plátano, así como algunos pastos.
3.Tubérculos.
Son estructuras gruesas, suculentas, que
actúan también como estructuras de reserva. Se forman en el extremo de tallos
subterráneos delgados. Un ejemplo muy conocido lo constituye la papa. Los
tubérculos presentan en su superficie nudos con hojas escamosas, arreglados de
manera espiral, y cada uno de ellos consta de una o más yemas pequeñas. Cuando
se inicia el crecimiento del vástago principal las raíces adventicias se
desarrollan en la base del tubérculo y las yemas horizontales se alargan y
producen tallos etiolados en forma de estolones. A partir de los tubérculos que
han formado ramas horizontales se forman tubérculos nuevos. Los tubérculos y
los rizomas son muy semejantes y en algunos casos es casi imposible
distinguirlos. Sin embargo, una característica distintiva de un rizoma
verdadero es que presenta un grosor uniforme en toda su longitud, sobre la cual
crecen raíces adventicias, las cuales no existen en los nudos de los
tubérculos. Otra diferencia entre estas estructuras consiste en que el rizoma
formará el vástago principal de la nueva planta, mientras que el tubérculo
forma ramas laterales.
4 Brotes.
Se definen como ramas o tallos que
desarrollan raíces adventicias sin que sean independientes de la planta
progenitora. Se desarrollan en las axilas de las hojas escamosas o de las yemas
adventicias sobre las raíces. En la piña comestible los brotes se desarrollan
en las axilas de las hojas inferiores que son cubiertas por el suelo.
5. Cormos.
Se forman en las yemas de las axilas de las
hojas de un tallo robusto y suculento que proporciona los nutrientes necesarios
para la nueva estructura, la cual se desprenderá del progenitor y se
desarrollará subterráneamente como un tallo corto, erecto y sólido con nudos y
entrenudos. Los cormos tienen forma de esferas aplanadas dorsoventralmente,
como los del gladiolo y el azafrán. Están envueltos en delgadas hojas escamosas
que los protegen del daño físico y de la pérdida de agua, pero que no funcionan
como estructuras de almacenamiento, a diferencia de las escamas de los bulbos.
Cuando se desprenden las escamas marcan círculos alrededor del cormo. Éste
desarrolla raíces adventicias ventrales o basales. El ápice del cormo es un
vástago terminal que se desarrollará en las hojas y en un vástago floral
terminado por una inflorescencia, y en cada uno de los nudos se producen las
yemas axilares. El cormo se multiplica ramificándose simpódicamente, y si se
corta un cormo, manteniendo una yema en cada sección, cada uno de estos
segmentos desarrollará un cormo nuevo.
6. Cormelos.
Sobre el extremo inferior del cormo se
producen pequeñas estructuras semejantes a los estolones conocidos como
cormelos). La muerte del cormo parental permitirá la separación de los cormos
hijos, los cuales pueden ser almacenados durante el invierno y plantados
durante la temporada favorable para el crecimiento.
7.Bulbos.
Se desarrollan sobre tallos cortos y
engrosados, a partir de yemas axilares de hojas carnosas. De éstas obtienen
elementos de reserva, a diferencia de los cormos que las obtienen a partir del
tallo, lo cual les permite producir rápidamente raíces adventicias. Se
desarrollan subterráneamente en forma de tallos carnosos, cubiertos con hojas
engrosadas a manera de escamas que funcionan como órganos de reserva. Es
posible que se produzca más de un bulbo a partir de cada yema. En algunos casos
se desarrollan masas de bulbos en el extremo del tallo, cada uno de ellos
llamados bulbilos, los cuales pueden ser dispersados lejos del bulbo parental.
En el centro de los bulbos existe un meristemo vegetativo o un vástago floral.
Propagación vegetativa
por raíces
Una forma extensa de
propagación de las plantas se da mediante numerosos brotes que crecen de sus
raíces horizontales. Tales brotes se forman sólo si la raíz es dañada, entonces
los brotes se diferencian en un tejido calloso. Las raíces carnosas y
aglomeradas de los camotes, las dalias y las peonias son también un medio de
propagación vegetativa.
Propagación vegetativa
por hojas
Este tipo de propagación
no es tan frecuente en la naturaleza como los dos anteriores. Sin embargo, es
posible encontrarlo en las hojas de algunos helechos, que forman una especie de
acodadura al entrar en contacto con el suelo; en otras especies, entre las que
se encuentran las violetas africanas, se forman nuevos individuos a partir de
las hojas que se desprenden y caen al suelo y que posteriormente desarrollan
raíces adventicias.
Propagación vegetativa
inducida
Como hemos visto, la
potencialidad de las plantas para generar nuevos individuos a partir de
segmentos de su organismo está distribuida ampliamente en las plantas de muchos
ambientes. Para muchas especies la reproducción asexual predomina sobre la
sexual, y es que las condiciones de su ambiente hacen muy improbable que la
semilla llegue a generar una planta capaz de establecerse debido a las
limitaciones de recursos fundamentales como el agua, la luz o la competencia
con las plantas establecidas.
Un caso bien conocido en
nuestro país es el de las cactáceas y otras plantas de las zonas áridas que
presentan muchas de las estructuras reproductivas antes citadas. Por ejemplo,
los nopales se reproducen fácilmente en forma natural a partir de segmentos del
tallo, que tienen una forma muy peculiar y se les conoce como pencas, y en
términos botánicos como cladodios. Éstos se desprenden espontáneamente o a
consecuencia de algún hecho traumático y enraizan en forma natural, lo que
constituye en muchos casos el principal mecanismo de reproducción de estas
plantas.
Enraizamiento de
segmentos
Esta técnica de
propagación tiene muchas ventajas y se emplea exitosamente sin necesidad de
gran inversión económica. La técnica más común es la inducción de la formación
de raíces en una sección del tallo o de la rama, de manera que se origine una
planta independiente. En los casos en que se ha experimentado propagar árboles
mediante la enraización a partir de segmentos se ha tenido éxito en más de 80
por ciento.
Según la parte de la
planta de donde se obtienen los segmentos (cortes o fragmentos) se ha dividido
en cortes de: hojas, de brotes o renuevos, de raíz y de ramas. La selección de
cualquiera de ellos depende básicamente de las características inherentes a
cada especie, de las facilidades para obtener y manipular los cortes (en
función del estado fenológico de la planta), del propósito de la propagación y
de la disponibilidad de recursos económicos.
Características de los
diferentes tipos de cortes:
1.Cortes de hojas. Algunas especies herbáceas, como las
violetas africanas y las peperomias, producen raíces a partir de sus hojas y
posteriormente tallos; sin embargo, esto no ocurre con facilidad en la mayoría
de los árboles. Los cortes que incluyen además de la hoja una yema axilar y un
fragmento de rama son adecuados para propagar algunas plantas —como las
camelias y los rododendros, que son especies leñosas— y también se utilizan
para propagar árboles cuando la cantidad disponible de otro tipo de segmentos
es escasa.
2. Cortes de raíz. La capacidad de muchos árboles de
producir ramas a partir de sus raíces (en condiciones adecuadas de crecimiento)
se utiliza para propagar algunas plantas, como los plátanos y los guayabos.
3. Cortes de ramas. La propagación vegetativa mediante
segmentos de ramas o brotes es uno de los métodos más usados para propagar
plantas leñosas en vivero. Según las características de madurez de la madera de
donde se obtienen las ramas o brotes, los cortes se han dividido en cortes son:
de maderas duras, semiduras y suaves. Aunque las diferentes fases de maduración
se presentan de manera continua, generalmente se distinguen por la forma y el
color de las hojas y por los cambios de coloración del tallo o ramas. Las
técnicas de propagación de árboles por medio de cortes de ramas se dividen en
dos tipos básicos: de segmentos foliados y de segmentos defoliados.
Cada uno de éstos utiliza
cortes de madera con un grado de maduración diferente, y como proceden de
árboles de contrastante ciclo fenológico, esta diferencia se relaciona con la
acumulación de reservas en los tejidos del tallo.
En los árboles
caducifolios, de los cuales se obtienen los segmentos defoliados, antes de la
caída de las hojas hay acumulación de reservas, las cuales están destinadas a
formar posteriormente hojas nuevas. A partir de estas reservas se generan las
raíces y las hojas en el segmento; en cambio, los segmentos foliados por lo
general proceden de árboles de hoja perenne, que no acumulan reservas en el
tallo y que deben continuar fotosintetizando para producir los recursos
necesarios para generar nuevo crecimiento.
Pasos y criterios que se
deben considerar:
1. Seleccionar donantes vigorosos y sanos con alta cantidad de
reservas alimenticias, preferentemente de un banco de plantas donantes que han
crecido en condiciones de completa iluminación y que por lo tanto contienen
alta cantidad de reservas alimenticias.
2.Elegir los segmentos basales o centrales de la rama, que son
los que tienen más reservas alimenticias necesarias para el desarrollo de las
nuevas raíces, pues de ellos se derivan las ramificaciones secundarias. Por
ello no se deben elegir ramas con entrenudos muy largos o de ramas pequeñas y
débiles.
3. El tamaño de los segmentos varía entre 15 y 75 cm de largo,
el criterio adecuado para elegirlo depende de la especie, ya que se requiere
que se incluyan por lo menos dos nudos, aunque lo recomendable es de cuatro a
seis, sobre todo cuando los entrenudos son muy cortos. El diámetro de las ramas
en que se realizan los cortes puede ser de 0.6 a 5 centímetros.
4 El corte basal se hace justo abajo de un nudo (sitio donde
preferentemente se forman raíces adventicias) y el corte superior se realiza de
1.3 a 2.5 cm arriba del otro nudo. El corte puede ser de mazo (incluye una
sección del tallo de madera más vieja), de talón o tacón (la porción de madera
vieja es más pequeña) y el recto (no incluye madera vieja.
5.Empaquetar las estacas cuidando su orientación, para
mantener su polaridad y permitir que el flujo de savia siga su dirección
normal. Por eso se marca la base con un corte sesgado o se baña la base con
cera, lo cual ayuda también a evitar la pérdida de humedad, que podría
propiciar enraizamientos pobres.
6. El enraizamiento de segmentos defoliados ocurre fácilmente,
ya que el propio ciclo fenológico hace coincidir la producción de hormonas de
crecimiento con el periodo de enraizamiento y crecimiento de yemas del
segmento. Aun así, se favorece notablemente el enraizamiento si se emplean
hormonas y algunos procedimientos para asegurar el desarrollo rápido de los
segmentos. Las sustancias más usadas para acelerar el enraizamiento son el
ácido naftalenacético (ANA) y el ácido indolbutírico (AIB), de los cuales se
hablará posteriormente. El enraizamiento también se favorece colocando los
segmentos a temperatura baja (5-8°C) por algunas semanas, ya que esto estimula
la síntesis de hormonas en plantas que proceden de climas en los que hay una
estación fría.
Elección y manejo de la
planta donante
Las plantas donantes
deben ser vigorosas, sanas y estar sujetas a un buen manejo para asegurar la
producción continua y prolongada de gran número de estacas de fácil
enraizamiento. Se pueden cosechar brotes de una misma planta donante cada dos o
tres meses, pero no se recomienda hacer cosechas muy frecuentes, pues se
afectarían las reservas alimenticias de la planta, su sistema radicular y la
fertilidad del suelo.
La planta donante debe
ser fertilizada con regularidad y mantener por lo menos una rama con hojas que
pueda continuar fotosintetizando y que de esta manera sirva como brote
alimentador para la planta donante. También debe mantenerse en la sombra, al
menos por unas semanas, lo cual favorecerá el futuro enraizamiento de las
estacas, ya que en esta situación la planta no padece estrés hídrico.
Recomendaciones para
obtener los cortes de la planta donante:
1. La obtención de ramas de la planta donante debe realizarse
por la mañana o por la tarde (antes de las 10 am o después de las 4 pm), con la
finalidad de evitar la pérdida de agua durante las horas de mayor insolación.
2. Es conveniente que la poda de las ramas elegidas (con
crecimiento vertical) se realice a la altura de los 10 nudos o menos, como en
el caso de los brotes obtenidos de tocones. Cuando se dificulte distinguir el
número de nudos es recomendable tomar como criterio una altura del brote o
rama, desde 10 cm hasta 1 m, para asegurar una mayor capacidad de
enraizamiento.
3. Las hojas de las ramas de donde se obtendrán los cortes
deben tener entre 8 y 10 cm de largo, de lo contrario hay que reducir el área
foliar, debido a que hojas muy grandes favorecen la pérdida de agua y las muy
pequeñas no producen suficientes carbohidratos u otras sustancias necesarias
para que el corte sobreviva. Se puede reducir el área foliar cortando las hojas
con unas tijeras y cuidando que el tejido no se dañe por machacamiento o
estrujamiento.
4. Ya cortados los brotes se marcan con el número de la planta
donante (número de clon), se introducen lo más rápidamente posible en bolsas de
plástico con algún material que retenga bastante agua y se cierran para evitar
la pérdida de humedad. Deben mantenerse en un sitio fresco y sombreado y en
cuanto sea posible se trasladan al área de enraizamiento del vivero.
5. Al extraer los brotes para hacer los cortes deben mantenerse
húmedos y frescos, exponiéndolos lo menos posible al viento, ya que éste
incrementa la pérdida de humedad. Los cortes deben hacerse con instrumentos
filosos, en forma oblicua por arriba del nudo, o bien rectos para evitar que el
sistema radicular se forme de un sólo lado. La longitud óptima de las estacas
es usualmente entre 3 y 10 cm. Independientemente del tipo de corte o tamaño,
éstos siempre deberán contar al menos con una hoja en la punta de la estaca,
para que ésta proporcione nutrientes y otras sustancias necesarias para el
enraizamiento.
Enraizamiento y
establecimiento
El área donde se
colocarán las estacas para el enraizamiento debe ser fresca y sombreada. La
temperatura óptima para que ocurra se encuentra entre los 20 y 25°C. Cuando las
temperaturas suben arriba de 30°C la humedad relativa de la atmósfera o
contenido de vapor de agua presente en el aire tendrá que ser muy alto (más de
90%) para impedir que las plantas pierdan demasiada agua al incrementarse su
transpiración y terminen marchitándose. La sombra se puede producir con
materiales de origen vegetal como hojas de palma, paja, ramas secas, o con
mallas plásticas especiales diseñadas para ese propósito. Es importante que el
material utilizado transmita una luz que sea apropiada para activar la
fotosíntesis de las plantas.
Proceso de injertación
La técnica de injerto
consiste en tomar un segmento de una planta, por lo general leñosa, e
introducirlo en el tallo o rama de otra planta de la misma especie o de una
especie muy cercana, con el fin de que se establezca continuidad en los flujos
de savia bruta y savia elaborada, entre el tallo receptor y el injertado.
De esta manera, el tallo
injertado forma un tejido de cicatrización junto con el tallo receptor y queda
perfectamente integrado a éste, pudiendo reiniciar su crecimiento y producir
hojas, ramas y hasta órganos reproductivos. Esta técnica es muy antigua y ya
era practicada por los horticultores chinos desde tiempos remotos.
Tiene grandes ventajas,
sobre todo para el cultivo de árboles frutales y de ornato, pues permite
utilizar como base de injerto plantas ya establecidas que sean resistentes a
condiciones desfavorables y enfermedades, utilizándolas como receptoras de
injertos de plantas más productivas y con frutos de mejor calidad y mayor
producción.
Al contrario de lo que
generalmente se cree, el injerto no produce una combinación de características
entre la planta receptora y la injertada. Los frutos de la planta injertada no
cambian sus propiedades ni su sabor, la única ventaja es que el injerto permite
utilizar bases ya desarrolladas, lo que acelera la producción de frutos.
También se aprovecha la
resistencia (a enfermedades o condiciones desfavorables) de variedades de
árboles frutales de menor calidad, para injertar en ellos variedades de mayor
calidad pero menos resistentes. El injerto es una forma particular de
reproducción asexual por segmentos que se utiliza en gran escala en la
fruticultura.
Una de las industrias que
recurren con mayor frecuencia a esta técnica es la vitivinicultura o cultivo de
la vid. Con gran frecuencia las plantas productoras de uvas de baja calidad,
pero muy resistentes a la sequía y a las enfermedades, son injertadas con segmentos
de vides de alta producción y calidad. Esta técnica es muy empleada para
mejorar la producción de viñedos antiguos ya establecidos desde hace mucho
tiempo.
Las técnicas de injerto
son muy variadas y existe un método óptimo para cada propósito y tipo de
planta. En esencia todos los procedimientos consisten en tener a la disposición
buenas plantas receptáculo y buenos segmentos que injertarle.
La técnica se inicia
haciendo un corte en el tallo receptor y otro en el segmento a injertar, para
que hagan contacto los tejidos vasculares del injerto con sus equivalentes en
la planta receptora. Una vez realizado el injerto se protege la herida con una
cera especial y se cubre con tela o con una cuerda para evitar que se
desprenda.
El tejido injertado por
lo general está defoliado y es conveniente que el injerto coincida con la época
de primavera para que, al reiniciar el crecimiento de los tejidos, los
estímulos hormonales que caracterizan ese momento de la vida de la planta
induzcan el establecimiento de una conexión apropiada entre los tejidos de
ambas partes.
Selección clonal
La micropropagación y la
propagación vegetativa permiten emplear técnicas de selección y mejoramiento de
las características favorables de las plantas por medio de la selección clonal.
Las características que pueden mejorarse cubren un amplio rango de
posibilidades; por ejemplo, la resistencia de las plantas a la temperatura, a
la sequía, a crecer en suelos pobres o con características desfavorables, como
acidez o alcalinidad excesiva, salinidad alta o saturación de humedad; también
puede mejorarse el rendimiento del forraje y frutos, su sabor y calidad
nutricional, la velocidad de crecimiento, la calidad de la madera producida y
la concentración de compuestos secundarios valiosos como sustancias químicas,
látex, gomas, etc.
Técnicas básicas de
selección clonal
1. Se buscan en la naturaleza las plantas que presenten la
característica deseada en forma óptima (por ejemplo, los frutos con características
apetecidas por el mercado), y se toma de ese individuo los meristemos o
segmentos que se vayan a utilizar para la propagación vegetativa, para así
obtener muchos individuos con la característica deseada.
2. Se recolectan semillas, segmentos o meristemos de muchos individuos
de una o varias poblaciones de la especie que se desea propagar. Con este
material se producen muchas plantas pequeñas en un vivero y se someten a las
condiciones desfavorables para las que se desea que tengan mayor resistencia;
también se puede comparar su velocidad de crecimiento, su producción de forraje
o cualquier otra cualidad que se desee resaltar. Se escogen los individuos que
muestren las características óptimas según el caso y se utilizan para
propagarlos vegetativamente y obtener así individuos mejorados.
Razones para emplear la
propagación asexual
La propagación asexual
reproduce clones. Esa propagación implica la división auténtica de las células,
en la cual, hay una duplicación íntegra del sistema cromosómico y del
citoplasma asociadas de la célula progenitora, para formar dos células hijas.
En consecuencia, las plantas propagadas vegetativamente reproducen, por medio
de la réplica del DNA, toda la información genética de la planta progenitora.
Por esto, las
características específicas de una planta dada son perpetuadas en la
propagación de un clon. El proceso de reproducción asexual tiene importancia
especial en Horticultura porque la composición genética (genotipo) de la
mayoría de los cultivares de los frutales y de las plantas ornamentales más
valiosas, es generalmente heterocigota y las características que distinguen a
esos tipos se pierden de inmediato al propagarlos por semilla.
La propagación asexual es
indispensable en la reproducción de cultivares que no producen semillas
viables, como algunas bananas, la higuera, los naranjos y las vides.
En algunas especies la
propagación es más fácil, más rápida y más económica por medios vegetativos que
por semillas. La semilla de Cotoneaster tiene condiciones complejas de latencia
pero las estacas con hojas enraizan rápidamente y en gran proporción. Las
plántulas de algunas especies crecen más lentamente que las estacas enraizadas.
Algunas plantas
cultivadas a partir de semilla tienen un período juvenil largo y durante ese
tiempo la planta no sólo puede dejar de florear y fructificar, sino también
mostrar otras características morfológicas inconvenientes, (ejemplo, tener
espinas) que no se presentan cuando la propagación se hace con material
vegetativo en estado adulto. Por otra parte, puede resultar útil mantener
indefinidamente ese estado juvenil para facilitar la propagación de estacas
difíciles de enraizar.
Muchos cultivares de
frutales y de ornamentales son grupos de plantas propagadas vegetativamente,
iniciados de una planta individual, por lo general una que procede de semilla o
de parte de una planta, como de una mutación de yema. A ese grupo de plantas
tomadas colectivamente se les ha dado el nombre de clon.
Un clon puede definirse
como "material genéticamente uniforme derivado de un solo individuo y que
se propaga de modo exclusivo por medios vegetativos como estacas, divisiones o
injertos". Un descubrimiento que se haga en un miembro individual de un
clon, como un método de propagación, cierta práctica de cultivo, un método para
control de enfermedades o ciertas exigencias de polinización cruzada se aplican
del mismo modo a todos los miembros de ese clon.
Un clon es un organismo o
grupo de organismos que derivan de otro a través de un proceso de reproducción
asexual (no sexual). El término se ha aplicado tanto a células como a
organismos, de modo que un grupo de células que proceden de una célula única
también se considera un clon.
Por lo general, los
miembros de un clon tienen características hereditarias idénticas, es decir sus
genes son iguales, con excepción de algunas diferencias a causa de las
mutaciones. Por ejemplo, los gemelos idénticos, que proceden de la división de
un huevo fecundado único, son miembros de un clon, mientras que no lo son los
gemelos no idénticos que se originan a partir de la fecundación de dos huevos
independientes.
Además de los procariotas
(bacterias y algas verde azuladas), otros organismos simples como la mayoría de
los protozoos, otro tipo de algas, y algunas levaduras, se reproducen también
por clonación, al igual que ciertos organismos superiores, caso de los gusanos
planos y plantas como el diente de león.
Gracias a los recientes
progresos de la ingeniería genética, los científicos pueden aislar un gen
individual (o grupos de genes) de un organismo e implantarlo en otro organismo
perteneciente a una especie diferente. Las especies seleccionadas como
receptoras son por lo general aquellas con reproducción asexual, como las
bacterias o levaduras.
Por lo tanto, es posible
generar un clon de organismos, o de células, que contengan todos el mismo gen
(o genes) extraños. Debido a que las bacterias, levaduras, y otros cultivos
celulares pueden multiplicarse a gran velocidad, estos métodos hacen posible la
producción de muchas copias de un gen determinado, lo cual permite que se
aíslen y se utilicen para la investigación (como por ejemplo para el estudio de
la naturaleza química y estructura del gen), o con objetivos médicos y
comerciales (con el fin, por ejemplo, de obtener grandes cantidades de
sustancias útiles como la insulina, el interferón y la hormona del crecimiento).
Esta técnica se denomina clonación porque emplea clones de organismos o
células.
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